Sorry my land escapes me
Rubén Rodrigo
Imaginemos que, con el fin de escribir esta hoja de sala, una mujer que escribe le preguntara al pintor algo que ella ahora mismo no recuerda. La respuesta, diría, no podría ser inmediata. El pintor podría contestar sólo cuando se hubieran sucedido tres desayunos desde entonces. Cuatro desayunos después, ¿qué pintor respondería “yo siento que soy el color que se expande”? Tiene que parecer fácil, como una idea buena o la historia de la evolución de la sandía de baya a boya marítima. Una idea buena es, por ejemplo, la de que los lugares de verdad no están en los mapas. Eso escribió el propio Rubén Rodrigo en la hoja de sala de su anterior exposición en esta misma galería.
En SORRY MY LAND SCAPES ME los paisajes y los mapas resurgen, esta vez como tema central. El título de la presente exposición está inspirado en la frase que más atemoriza a un personaje de Gospodínov que sufre de un deterioro veloz de su memoria: “Sorry, my name scapes me”1 . Los paisajes propios, parece decir el título, son identitarios como los nombres propios.
Unos días después de terminar de leer a Gospodínov, el artista encontró un fragmento en otro texto que le resonaba al anterior. El fragmento, en resumidas cuentas, niega la existencia de una tábula rasa del pensamiento: nadie puede pensar desde cero, pues “hasta el más inventivo, capaz y ordenado de los intelectos e imaginaciones humanos opera con instrucciones y limitaciones que no puede verdaderamente definir, mucho menos medir”2 . En la misma página en la que se instala esta cita, Steiner menciona que Gertrude Stein intentó visitar la casa de su infancia en la edad madura, pero llegó a Oakland y no la encontró. Enunció “The trouble with Oakland is that when you get there, there is no there there”, sino que allí/there era un conjunto de ideas, y para colmo encima de ellas no había casa.
Parecerá coincidencia, aunque sea obsesión personal del artista, pero en una rápida búsqueda en Google para encontrar, al hilo de la cita anterior, algún eco útil de “Sorry, my land scapes me”, me topé en una web con un catálogo de Joan Mitchell que llevaba por título “I carry my landscapes around with me” Rubén Rodrigo es admirador del trabajo de Mitchell, y cuando le señalé la coincidencia dijo que no creía saber de ese título, pero claro, nunca hay there there, y esa confirmación fue motivo de alegría.
Quizá el pintor respondería “yo siento que soy el color que se expande” por saber que sus paisajes son también un crisol sedimentado de percepciones ajenas. Y cada mancha en el cuadro es a la vez una percepción propia que se posa para insertarse en la del mundo. Es su paisaje, pero es un paisaje de todos, y estas afirmaciones no se contradicen y podrían ser, de algún modo, coincidentes. Ahora sí, la mujer que escribe recuerda la pregunta: ¿en qué piensas cuando pintas? La respuesta puede significar lo que literalmente expresa, o quizá “sorry my land scapes me”.